FOTO: María Fassi fue una de apenas dos jugadoras que aprovecharon la opción de deferir su cambio de estatus.
La LPGA solía abrir sus puertas a las jugadoras colegiales, pero a partir de este año el camino a la máxima gira se vuelve un poco más sinuoso.
Durante dos décadas, los organismos rectores del golf, USGA y R&A permitieron a las jugadoras amateur competir en la calificación sin exponer su estatus, pero ahora sólo las jugadoras profesionales serán admitidas para jugar la etapa final.
De este modo, las jugadoras colegiales pueden ver participación en las etapas I y II de la Q-Series. Sin embargo, en caso de la jugadora avence o reciba una excepción a la etapa final, debe convertirse en profesional para ser elegible a partir de este año. Cabe recordar que la final de la Q-Series es un torneo de ocho rondas que se juega a lo largo de dos semanas.
“LPGA Q-Series es la etapa final para competir en el LPGA Tour, que es un tour completamente profesional que requiere que sus miembros compitan como atletas profesionales”, comunicó Ricki Lasky, Oficial de Negocios y Operaciones de la LPGA.
“Asegurar que todos los competidores tomen la misma decisión de ser jugadores profesionales eleva la competencia del Q-Series y crea las opciones más apropiadas para atletas en diferentes etapas de sus carreras”.
Previo a este anuncio, las jugadoras colegiales tenían la opción de jugar como amateurs en la última etapa de la calificación, y en caso de ganar una tarjeta de LPGA, diferirla hasta una vez terminada sus temporada de colegiales en la primavera. Este programa comenzó en 2018, abriendo la opción al mundo profesional sin necesidad de renunciar al estatus amateur. Como jugadoras, esto era lo mejor de dos mundos e incluso dejaba la opción de competir en el Augusta Women’s Amateur.
Curiosamente y tras 3 años de su implementación, se hizo notorio que la oportunidad raramente era utilizada ya que de 16 jugadoras amateur que alcanzaron su tarjeta en la Q-Series, solamente dos tomaron ese camino para continuar su carrera colegial: Jennifer Kupcho y María Fassi. El resto abandonaron su carrera colegial para convertirse al profesionalismo inmediatamente, dejando de lado la conclusión de su universidad y las competencias de la NCAA.
Muchas jugadoras temen que iniciar su carrera de profesionales después les da menos oportunidades de avanzar en la money list, no obstante tanto Kupcho como Fassi conservaron sus tarjetas tras la temporada 2019. Eso aunado a brillantes actuaciones en Augusta como jugadoras amateur.
Pero también hay alternativas muy favorables para las amateur, ya que en caso de avanzar a la etapa II, se vuelven elegibles para competir en el Epson Tour, con la opción de incursar en el profesionalismo al concluir sus temporadas colegiales.
“Proveer de estatus de Epson Tour a esas atletas que prefieran retener su elegibilidad colegial es un camino apropiado para que concluyan sus temporadas e inmediatamente compitan en un tour”, agregó Lasky.
La Q-Series 2022 se celebrará del 1 al 4 de diciembre en Magnolia Grove, y la siguiente semana en Highland Oaks, Alabama. Las jugadoras top 45 tras 8 rondas recibirán su estatus de LPGA, mientras que las jugadoras fuera del top 20, también reciben tarjeta de Epson Tour.
Fassi brilla en Epson Tour
La jugadora de LPGA desde 2019 probó suerte en el Epson Tour durante el Inova Mission Inn Resort and Club Championship, celebrado en Florida.
Con tarjeta de 210 golpes, 9 bajo par de campo, Fassi dio pelea y estuvo cerca de coronarse en su primera aparición en este tour del año, donde se midió hombro a hombro con Gina Kim, quien al final logró levantar el trofeo con 208 impactos.
Ana Paula Valdes y Brenda González también superaron el corte del evento para seguir sumando en la carrera por la tarjeta de LPGA.